Hoy lo ha dicho todo con una sonrisa.
Ha subido a ese tren
y ha sonreído
a un vagón lleno de insomnes
y moribundos,
de gente ahogándose en un café,
pero ha sonreído,
como si la vida fuese maravillosa
y pudiera devolverle la sonrisa.
Pero no lo ha hecho.
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