27.3.15

Cicatrices (II - Cuando curan)

Tengo todas las cicatrices
de quererte muy fuerte,
y que me deje marca la sonrisa.

Tengo las heridas curadas
que acaricias cada día
mientras me miras a la cara
y yo te cuento una y otra vez
lo estúpida que era
y cómo me hice cada una de ellas.
Tengo las marcas
por las que pasas los dedos
con cuidado,
como si aún pudiesen dolerme.

Tengo el rastro
de tus besos en la cara,
en las piernas,
en la espalda,
tengo un rastro que me recuerda
que cada caída ya está curada.

Tengo un par de destellos en los ojos,
que no dejan de brillarme
cuando te miro
y cuando me dices esas cosas
que solo tú me sabes decir.
Y ahora,
puedes repasar con los dedos
la historia de cada vez que he acabado por los suelos,
sabiendo que ahora
no duelen,
no sangran.
Puedes acariciar los surcos que se marcan
cuando sonrío
o suelto carcajadas,
que se clavan como cicatrices
en mi cara.

Y aunque son para siempre,
estas no me han dolido nada.


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